A estas alturas del partido ver un desnudo ya es cosa que no asusta a nadie, pero en el París de 1948 las cosas eran muy diferentes. Vean las reacciones de varias personas al ver en la vitrina de una galería la pintura de una mujer enseñando con toda frescura su trasero. No tienen precio!!!
Ah! olvidé decir que el maravilloso fotografo es Robret Doisneau